Hip-Hop y comunicación, puede que no lo parezca, pero son sinónimos. ¿Por qué?. Porque la música es una herramienta para trasladar un mensaje. Lo curioso y, no siempre conocido, es que los medios de comunicación han utilizado este estilo como una moda, pero sin llegar a entender qué significa.
Visto por algunos como un género musical creado por y para incultos, vagos o, incluso, maleantes… Considerado por otros como una vía de escape, una cultura llena de arte y reivindicación… Lo cierto es que el movimiento Hip-Hop siempre ha estado teñido de controversia.
Pero, opiniones aparte, no podemos obviar que el Hip-Hop y la comunicación van ligados.
Cuestión de principios
Desde luego, el Hip-Hop es sinónimo de comunicación. De hecho, la música puede definirse como un tipo de comunicación en sí misma. Pero este estilo, además, en su gran mayoría, contiene letras y líricas con mensaje potente, abierto a cualquier destinatario de diversa índole que esté dispuesto a escuchar.
Sea como sea, si porta un mensaje, una protesta, una opinión, un sentimiento… está comunicando.
Medios de comunicación
No vamos a entrar a analizar el Cuarto Poder en profundidad, ya que tampoco es necesario para saber que todo lo que sea reivindicación, no casa bien con algunos intereses. Y si no se entiende una causa, es fácil confundirla, malinterpretarla, o incluso, desvirtuarla.
Sin embargo, hubo un tiempo en que los medios propulsaron el Hip-Hop en España. Fue en la década de los 2000, considerada por muchos como su época dorada. Las emisoras de radio y televisión emitían música, conciertos y reportajes sobre distintos artistas, algunos con prestigio en la época y otros que, aprovechando el tirón, intentaban abrirse hueco.
Sea como fuere, en los medios de comunicación se ofreció un espacio y difusión al movimiento Hip-Hop. Y con ese gran poder comunicativo y promocional, consiguió una visibilidad que hasta entonces se le había negado.
Decadencia: cuando algo se vuelve moda
Los medios de comunicación se suman a cualquier moda y tienen el poder de convertir cualquier fenómeno en moda. Ese fue el caso del Hip-Hop.
Poco a poco, la imagen de lo que, en realidad, era un movimiento en esencia de recursos humildes, reivindicativo y rebelde, caracterizado por su libertad de expresión; fue poco a poco convirtiéndose en una moda y en un medio para alcanzar la fama por algunos. Pero también en un grotesco punto de mira para otros.
Quien no entendía de rap, hablaba de rap. Quien no sabía rapear, empezó a rapear. Y quien no escuchaba rap, empezó a escuchar lo que hoy conocemos como «rap comercial», muy alejado de los valores iniciales del Hip-Hop.
El mensaje fue banalizándose, la lucha por la causa fue perdiendo fuerza y la juventud se fue cansando de vestir ancho y hacer graffitis. Hasta los propios raperos se cansaron del rap, y es normal: si todo el mundo ridiculiza tu estilo de vida, acabas renegando de él.
Detractores
Además, como hemos adelantado antes, el Rap era, es, y seguirá siendo, un movimiento rechazado por muchos, precisamente por su autoconcepción.
La falta de conocimientos sobre música no supone un impedimento para crear composiciones, ya que los ritmos son simples: bombo y caja y las melodías, a menudo son samples -extractos de otras canciones- repetidos en bucle.
La falta de estudios o cultura de la que muchos compositores presumen tampoco favorece una opinión positiva ni una imagen atractiva sobre el género, a pesar de que justamente eso, en la música urbana en general, suele ser lo habitual.
Y es que, la crudeza y transparencia de los mensajes nunca ha sido plato de buen gusto de aquellos a quienes las dulces mentiras les dejan un mejor sabor de boca, que el de las amargas realidades sin final feliz, o la de aquellos que tienen algo que ocultar.
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